Esencial para la supervivencia de todas las formas conocidas de vida, El Agua. Este recurso tan preciado hoy tiene un indicador de medición que permite conocer su consumo directo e indirecto y a partir de ello tomar acciones eficientes en su uso.
Por: Ramiro Castillo. Soporte Empresario S.A.
Sobre los inicios del 2000, comenzaron a anidarse las primeras definiciones que hoy exponemos dentro de huella hídrica, precisamente en el año 2002 Arjen Hoekstra introduce el concepto como indicador capaz de aportar información en relación al consumo de este recurso.
La huella hídrica referencia la cantidad de agua que se necesita de forma directa e indirecta para elaborar un determinado bien o servicio. Esta cantidad utilizada se mide en volúmenes de agua consumida, evaporada y contaminada por una unidad específica (tiempo, peso, etc) dependiendo de qué se quiera calcular. Se puede medir sobre un País o Región, una organización o una persona.
El agua presenta diversas fases o estados en relación al proceso en que interviene, considerando este aspecto es que la huella hídrica clasifica tres tipos de agua. Agua azul, es el volumen de agua dulce que se consume o utiliza y se encuentra en ríos, lagos o acuíferos. Agua verde, es el agua de lluvia que se acumula en el suelo y que puede ser captada por los cultivos y por último el Agua gris que cuyo uso es para asimilar o diluir los contaminantes utilizados en procesos de producción, siempre que las concentraciones sean ambientalmente tolerables.
Actualmente la medición de huella hídrica, está en un proceso constante de cambios y actualizaciones; las normativas que la regulan aún no están plenamente consensuadas y su aplicación es voluntaria. Sin embargo, existen ya Países en Europa y Asia que están considerando y solicitando que los productos que ingresan estén medidos en relación a este aspecto.
Algunos de los beneficios que trae la implementación de huella hídrica:
- Identificar productos caros en agua para lograr un desarrollo sustentable.
- Definir políticas que permitan reorientar las pautas de consumo hacia bienes y servicios que impliquen un menor consumo de agua.
- Reflejar el consumo de agua real.
- Desarrollar estrategias dirigidas a reducir la intensidad en el consumo de agua.
- Valorizar los productos en relación al recurso utilizado.
- Nuevas fronteras comerciales para las organizaciones que aseguren el recurso agua.
Los organismos que han desarrollado herramientas metodológicas, científicas y prácticas para su implementación como es el caso de Water Footprint Network, son los que están marcando el camino en cuanto a su aplicación. También ISO se encuentra en instancias de desarrollo de la norma ISO/CD 14046, esta normativa está enfocada en la Evaluación del ciclo vital – la huella de agua, sus requisitos y directrices.
La Huella hídrica en Argentina
Nuestro País se encuentra entre los principales exportadores de “agua virtual”, con este término nos referimos al volumen de líquido que contiene el producto, más las cantidades de agua utilizadas para su elaboración, y que finalmente el bien se comercializa a otro País.
Ocurre que Argentina es un gran productor y exportador agrícola ganadero, si tenemos en cuenta que por ejemplo, para producir:
- Un kilogramo de trigo, se utilizan 1.300 litros de agua.
- Un Kilogramo de soja, se utilizan 1.800 litros de agua.
- Un Kilogramo de carne vacuna, se utilizan 15.000 litros de agua.
- Un Kilogramo de uva Malbec, se utilizan 800 litros de agua.
- Un kilogramo de uva Cabernet Sauvignon, se utilizan 680 litros de agua.
Con estos valores, multiplicados por los volúmenes de exportación justifican porque el País es considerado gran exportador de agua virtual.
En este contexto la Huella hídrica se posiciona como una herramienta sustentable en dónde el objetivo principal es que el consumo no sobrepase las potencialidades del recurso, de esta manera aseguraremos que las generaciones venideras puedan hacer uso vital y esplendoroso de este gran recurso “EL AGUA”.